viernes, 20 de abril de 2012

INTRODUCCIÓN: CONTEXTO SOCIOECONÓMICO ACTUAL





Nuestro país está viviendo momentos económicos muy duros y con difícil solución. El paro es ahora mismo uno de los problemas que más  preocupa a los españoles, y no parece que esta situación vaya a mejorar, al menos a corto plazo.
Escuchamos continuamente la necesidad de emprender y del autoempleo  como posible alternativa esta situación. Y es que a los gobiernos cada vez les resulta más complicado mantener el estado de bienestar, e instan a sus ciudadanos a que busquen otras fórmulas para generar empleo.

La palabra emprendedor en un principio la asociamos con un  individuo que está dispuesto a asumir un riesgo económico o de otra ìndole. Desde este punto de vista, el término se refiere a quien identifica una oportunidad de negocio y organiza los recursos necesarios para ponerla en marcha.

Entre éstos, existe un grupo muy numeroso de emprendedores cuyo objetivo principal es contribuir a la mejora de las condiciones de vida de la sociedad. Son los emprendedores sociales.

La denominación fue adoptada en los años 80 por el estadounidense Bill Drayton, fundador de Ashoka, la asociación impulsora de empresas sociales más grande del mundo, y premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2011.




jueves, 19 de abril de 2012

¿QUÉ ES UN EMPRENDEDOR SOCIAL?




¿De qué pasta están hechos los emprendedores sociales?

Marta Curto, asistente de investigación del IESE, explora el perfil de estos empresarios en "Los emprendedores sociales: innovación al servicio del cambio social", un estudio publicado por la Cátedra "la Caixa" de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo del IESE. 

¿Qué es un emprendedor social

El emprendedor social presenta, a grandes rasgos, cinco características fundamentales:  

1) Tiene como objetivo crear valor social.

2) Es capaz de captar necesidades sociales.


3) Contraataca con propuestas innovadoras.


4) Tiene una aversión al riesgo por debajo de la media.


5) Dispone de escasos recursos para llevar a cabo su labor.


Una de las diferencias básicas que existe entre los emprendedores sociales y los emprendedores económicos (el sentido tradicional del término emprendedor) es su innovación. Las empresas sociales innovan, es decir, sus ideas producen cambios sociales profundos porque no buscan paliar las consecuencias de un problema, sino atacar la raíz.

Un ejemplo sería el caso de Faustino García Zapico, de la Unidad Terapéutica y Educativa de Villabona (País Vasco). Su objetivo era superar los problemas de la violencia carcelaria generada entre internos y funcionarios de seguridad para convertir las prisiones en espacios educativos. Para ello, creó microsociedades gestionadas conjuntamente por ambos.

Un aspecto muy discutido a la hora de definir qué es un emprendedor social es el del beneficio económico. ¿Debe un emprendedor social lucrarse con su iniciativa? Siempre debe haber un compromiso para crear un impacto social, pero eso no tiene por qué estar reñido con la generación de ingresos.

Retrato robot
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el perfil del emprendedor es el de un trabajador autónomo de entre 25 y 44 años con un nivel educativo alto.

A nivel mundial, el 1,8% de la población adulta está involucrada en actividades de emprendimiento social, aunque la cifra varía mucho entre países. En España, por ejemplo, no llega al 1%.

Según la autora, en el bajo porcentaje español puede influir la poca tradición de emprendimiento junto con una visión predominante de que es el Estado quien debe encargarse de los problemas sociales.

Los negocios elegidos por los emprendedores sociales varían de una zona a otra. En las economías menos desarrolladas, la preocupación es cubrir necesidades básicas, como la sanidad o el acceso al agua. En cambio, en las economías más industrializadas el foco de atención se centra en actividades como dar apoyo a la cultura, proveer servicios a las personas discapacitadas o proteger el medio ambiente.

Las claves del éxito
El emprendedor social no solo debe diseñar un proyecto para mejorar las condiciones de un grupo. Su proyecto debe poder aplicarse a gran escala. Para ello, pueden seguirse tres estrategias:

1. Desarrollar un modelo organizativo. Implantar una estructura capaz de movilizar recursos y personas. Por ejemplo, The Cleveland Foundation, la fundación comunitaria más antigua de Estados Unidos, creó un tipo de intermediario filantrópico que ponía los activos de donantes individuales bajo el control de consejos de administración comunitarios, con un amplio conocimiento de las necesidades locales.

2. Crear un programa. Establecer un conjunto de acciones integradas con un fin específico. Por ejemplo, la asociación californiana Boot Camp for New Dads, que ayuda a padres primerizos, diseñó un programa de implementación en hospitales, iglesias, bases militares y organizaciones comunitarias a cambio de un pago por licencia.

3. Establecer unos principios. Son pautas y valores sociales que permiten llevar a cabo proyectos. El programa Knowledge is Power (KIPP), en el que se integran escuelas públicas estadounidenses que preparan a estudiantes de comunidades desfavorecidas para acceder a la Universidad, se basa en pilares como "unas expectativas elevadas" o "centrarse en resultados".

Una vez decidida la estrategia, el emprendedor debe propagarla. Para ello, existen mecanismos como la difusión (proporcionar información a otras personas que quieran aplicar una innovación a su comunidad), la afiliación (que otras organizaciones se afilien al proyecto) o el branching (creación de sucursales).

Sea cual sea la estrategia elegida, la autora señala que, para lograr un impacto a gran escala, el emprendedor social debe planificar bien los recursos, valorar minuciosamente los riesgos, plantearse cuáles son los resultados esperados, preocuparse por la aceptación del proyecto entre los beneficiarios y decidir cuándo puede expandirse la iniciativa.



miércoles, 18 de abril de 2012

LA EMPRESA SOCIAL ¿ALTERNATIVA A LA CRISIS?






Gobiernos, instituciones, expertos en economía....ven este tipo de iniciativas como una salida a la crisis actual, conjugando el espíritu emprendedor con la conciencia social.

William Drayton, presidente de la Fundación  Ashoka, dio una vuelta de tuerca al concepto tradicional de intervención social introduciendo una variable empresarial. Para él, los emprendedores sociales son personas individuales que ofrecen soluciones innovadoras a alguno de los problemas sociales más acuciantes. Es decir, personas que persiguen un fin social pero que utilizan métodos asociados tradicionalmente al mundo de la empresa para lograr dicho objetivo. 

Actualmente, más de 40 millones de personas y entidades en todo el mundo pueden encuadrarse dentro de esta categoría, según los datos de B Corporation, la corporación que se encarga en Estados Unidos de certificar que un emprendedor social reúne todas las condiciones para serlo. Muchos de ellos se encuentran en Asia, especialmente en India y Bangladesh. Rashmi Bansal es una autora india que acaba de publicar Tengo un sueño, el tercero de sus libros dedicados a emprendedores sociales. En él, refleja 20 historias de personas ordinarias capaces de cambiar la realidad que les rodea con su fuerza de voluntad y su visión innovadora. Entre ellos está Bindeshwar Pathak, fundador de Sulabh International, una organización dedicada a defender la dignidad de aquellos encargados de la limpieza de los urinarios públicos en India. Pathak ha conseguido convertir su idea en una próspera empresa con 20 millones de dólares de beneficios anuales. “Lo más importante”- asegura Pathak- “es que el dinero pueda llegar a aquellos que más lo necesitan.

Lo más sorprendente es que, ¿quién iba a pensar que se podía crear un negocio a partir del mantenimiento de los urinarios?”, afirma. Y es que una de las fortalezas de los emprendedores sociales es la capacidad de crear un negocio con vocación social donde otro solo vería una idea descabellada. 

Pero la acción de los emprendedores sociales no se circunscribe a los países pobres o en desarrollo. Si hay un país en el que el carácter emprendedor forma parte de su ADN nacional, ese es Estados Unidos. Desde que el término se popularizara a mediados de los 90, se ha convertido en uno de los países occidentales, junto a Reino Unido, en los que han surgido más emprendedores sociales. Entre ellos tenemos a Alan Khazei, fundador de City Year, una organización que ofrece a jóvenes de entre 17 y 24 años la posibilidad de involucrarse en servicios a la comunidad o a Pamela Hartigan, manager de la Fundación Schwab, que persigue la promoción de emprendedores sociales como un elemento clave para avanzar en los problemas sociales. 

Precisamente la Fundación Schwab, creada por Klaus Martin Schwab, -que antes había fundado el Foro Económico Mundial-, es una de las organizaciones que más ha hecho por fomentar el emprendimiento social a nivel mundial. La Fundación elige cada año los proyectos más relevantes en distintos lugares del mundo. Una de las áreas más pujantes en cuanto a iniciativas de este tipo es América Latina, en la que cinco emprendedores sociales son elegidos por su capacidad “para mejorar la vida de personas en todo el mundo”, según se afirma desde la Fundación Schwab.

Iniciativas similares han proliferado en los últimos años en Europa, donde la figura del emprendedor social ha cobrado especial auge. En Irlanda, donde precisamente la crisis obligó a un rescate financiero, Social Entrepreneurs Ireland elige, desde 2005, a los jóvenes empresarios con visión social más prometedores, lo que ha permitido impulsar un total de 142 proyectos. Otro de los países pioneros en emprendimiento social, Reino Unido, acoge iniciativas como la de Village Capital London, que ha puesto en marcha recientemente un “vivero de ideas” con una dotación de 50.000 libras para los dos mejores proyectos presentados.

martes, 17 de abril de 2012

EL EMPRENDIMIENTO SOCIAL EN ESPAÑA


El emprendimiento social en España

Es indudable que los reconocimientos otorgados a Drayton y Yunus han puesto el emprendimiento social “de moda”. En un contexto de crisis como el actual, en el que buena parte de la sociedad considera que se está asistiendo no solo a una pérdida del estado de bienestar sino también de los valores que lo sustentaban, los emprendedores sociales son vistos como profesionales responsables, capaces de unir visión empresarial e impacto social duradero en el tiempo. 

Si nos detenemos en el caso específico de España, podemos observar cómo el número de emprendedores sociales, pese a haber aumentado en los últimos años, sigue estando por debajo de otros países europeos.

Según el Proyecto GEM (Global Entrepreneurship Monitor), en España solo un 0,5% de la población activa trabaja en proyectos de emprendimiento social, frente al 2% que se registra en países como Estados Unidos, Finlandia o Reino Unido. El perfil es de un 64% de hombres respecto a un 36% de mujeres. El rango de edad más habitual se sitúa entre los 25 y 34 años mientras que la mayoría de los emprendedores –un 65%– posee estudios medios o de formación profesional en contraposición con otros países en los que es el segmento de población con estudios superiores el que copa este tipo de iniciativas.

Según el estudio de GEM, podemos observar, además, que en España hay una “gran natalidad” de empresas sociales que, sin embargo, rara vez sobreviven más allá de los tres meses de vida. La situación de crisis económica crea, pues, una situación de difícil salida: el agotamiento de los modelos tradicionales de negocio impulsa a los emprendedores sociales que, sin embargo, sucumben a esa misma situación de fatiga económica.

Pese a todo, el emprendimiento social mantiene un gran atractivo que hace que desde el mundo de la universidad o la empresa se tiendan puentes para promover la innovación o el talento que se les supone a los actores de esta actividad socioeconómica.

Con el objetivo de complementar formalmente esta figura y siguiendo el camino comenzado por The New York University con su School for Social Entrepreneurs, la Escuela de Organización Industrial (EOI) ha puesto en marcha en nuestro país un MBA en Emprendimiento Social. Este curso permite proporcionar una especialización como empresario social a los alumnos, haciendo hincapié en los valores de sostenibilidad, innovación y beneficio para la comunidad. 

Para Rodolfo Lewin, director del MBA, “un emprendedor social es una persona capaz de sacar adelante una idea con pocos recursos”. Eso explicaría porque el concepto, pese a la crisis, está en alza: cada vez se valora más a las empresas o profesionales que sean capaces de maximizar aquello que tienen para conseguir un doble impacto económico y social.

La empresa también va, poco a poco, involucrándose en la promoción de emprendedores sociales en nuestro país.

Es el caso de BBVA que, junto a Esade, ha puesto en marcha el Momentum Project, que tiene como objetivo crear un ecosistema para apoyar iniciativas sociales ya en marcha. El proyecto cuenta además con el apoyo de Ashoka, que asesora y aporta su conocimiento sobre la materia. Una decena de emprendedores sociales ha recibido hasta ahora formación no solo de las empresas y entidades organizadoras sino de otras que se han querido sumar como Inditex o DKV. Entre los emprendedores elegidos están Catering Solidario, una empresa sevillana que ofrece trabajo a mujeres maltratadas, o Moltacte, una cadena de outlet, donde el comprador colabora con la integración laboral de personas con trastorno mental severo.

Está previsto que el proyecto Momentum se presente en octubre en unas jornadas abiertas a posibles financiadores. La idea empresarial que subyace a todo el proyecto es que invertir en estos emprendedores sociales puede ayudarnos a salir de la crisis.

Para Alfred Vernis, director de programas universitarios de ESADE y uno de los impulsores de la iniciativa, “no se trata únicamente de crear empresas sociales: estos proyectos pueden crear nuevos puestos de trabajo en momentos de dificultad como el actual”. 

Os dejamos un enlace a un video acerca de este tema:


lunes, 16 de abril de 2012

MAPAS DEL EMPRENDIMIENTO SOCIAL EN ESPAÑA SEGÚN MOMENT PROJECT



Aunque parezca extraño, no hay demasiada información acerca del movimiento y evolución del emprendimiento social en España y en Galicia, así que os remitimos a un estudio que realizó Moment Project, que podéis consultar en este enlace:


Copyright: Momentum Project http://momentum-project.org
Copyright: Momentum Project http://momentum-project.org
Cataluña, Galicia y Castilla la Mancha fueron las pioneras en los años 70, solo constan 4 iniciativas.

En los años 80, Cataluña tenía 4 iniciativas puestas en marcha.

En la década de los 90, Galicia experimente un repunte, que acabará estancándose.

Lo que se confirma con este estudio es que este tipo de iniciativas está creciendo en nuestro país y necesitan mucho apoyo.

domingo, 15 de abril de 2012

EN GALICIA: ANTONIO GARCÍA ALLUT

ANTONIO GARCÍA ALLUT 
GALICIA 
EMPRENDEDOR SOCIAL 2006


Os Miñarzos (Lira), la primera Reserva Marina de Interés Pesquero a nivel europeo, fue creada y diseñada por pescadores artesanales.Además, está co-gestionada paritariamente por pescadores y la administración.


Lonxanet está demostrando la viabilidad de la pesca artesanal a pequeña escala, comercializando anualmente más de 50.000 kg de pescado y marisco de las cofradías de pescadores.

Más de 8.000 estudiantes de entre 6 y 16 años han participado en los cursos de sensibilización ambiental y conocimiento a la pesca artesanal

Antonio ha logrado crear un modelo integral y sistémico para hacer viable económica y socialmente la pesca artesanal transformando el papel y la actitud del pescador tradicional, convirtiéndole en un "gestor del medio ambiente marino". Para luchar contra la falta de transparencia y mantener el valor de las capturas de los pescadores, Antonio ha impulsado la creación de Lonxanet: el primer mercado electrónico de comercialización de pescado a restaurantes y consumidores en el que participan los propios pescadores.
Además, Antonio está impulsando el proyecto Mar de Lira, con varias iniciativas gestionadas por los pescadores y relacionadas con el turismo y la educación.Actualmente, trabaja con diferentes líderes en Europa,América Latina y África.